Juan Pablo Fuentes Fuentes
Neurociencias de la conducta
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Para comprender este tema
debemos empezar por comprender lo que es la somatestesia. Se entiende como todas
las sensaciones simultáneas que una persona tiene. Estas se dividen en 3 diferentes
tipos de sensaciones:
·
Exterosensibilidad:
Se refiere a todos los estímulos captados por la piel. Estos receptores
cutáneos se dividen en 2 grupos principales: Las terminaciones nerviosas
libres:, son las más simples, y son encargadas de percibir los cambios de temperatura
y el dolor; y los corpúsculos de Pacini.
·
Propiosensibilidad: Son todas las sensaciones relacionadas con el
movimiento; provienen de los músculos, las articulaciones, etc.
·
Interosensibilidad:
Este se refiere al estado en general del interior del cuerpo.
Para identificar objetos,
nos basamos en la estereognosia, es decir, la identificación por medio del
tacto.
También existe un grupo de
raíces nerviosas, que delimitan las zonas en donde se dividen las terminaciones
nerviosas cutáneas, llamadas Dermatomas.
Existen 2 vías somato
sensitivas principales: El cordón dorsal del sistema del lemnisco –medial, que
regula la información sobre tacto y propio-sensibilidad; y el sistema antero lateral, encargado de
percibir los cambios de temperatura y el dolor.
Ahora que hemos comprendido
un poco acerca de la somatestesia, nos centraremos
en ver cuáles pueden ser los posibles efectos del daño de la corteza
somatosensitiva.
Al igual que con los efectos
de la corteza auditiva, los efectos por un daño en la corteza somato sensorial
pueden ser moderados. Uno de los ejemplos más claros fue la evaluación que
hicieron Corkin, Miller y Rasmussen al evaluar a personas con epilepsia. Tras
una lesión en la corteza, los pacientes sufrieron dos efectos remarcables: La
dificultad para sentir roces leves, y una leve capacidad de percibir objetos mediante
el tacto
Estos dos efectos provienen de un mal sensorial que afecta
las terminaciones del tacto denominado Agnosia, que no es otra cosa, sino la
incapacidad e percibir sensaciones.
Este fenómeno puede manifestarse de dos formas, y a su
vez, generar diferentes efectos:
Estereoagnosia: Incapacidad de reconocer objetos por
medio del tacto
Somatoagnosia. Incapacidad de reconocer nuestras propias
partes corporales.
Ésta última también suele ser acompañada por negligencia
contralateral; que es conocida como la tendencia a no responder ante estímulos
contralaterales a una lesión en el hemisferio derecho.
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